Paloma Lara
Arte Sonoro
Relatos a partir de pieza sonora
Natalia Jirón
Paloma Lara
Javiera Zavala
Germán Castillo
Leonardo Gálvez
“Hernán abre la puerta de su casa cansado, ya que viene del trabajo y tira las llaves. Piensa
un instante y se dirige al cajón del estante en su pieza, saca un encendedor y un bong para
fumar marihuana. Que placentero piensa dirigiéndose a la cocina donde cocinará algo para
el. Corta algunos rábanos, zanahorias, apio y su dedo. Que dolor más intenso, se
desespera y empieza a golpear cosas. Se agita un momento, y empieza a perder la calma.
Nunca pensó que le dolería bastante un corte en donde se le ve hasta el hueso. Luego se lo
lava para no infectarse”
Andres, 23 años.
“La historia comienza con alguien, una persona masculina esto lo reconozco por sus
pisadas, éste llega a una casa y al entrar baja directamente al subterráneo de ésta, es
cuando a lo lejos se escucha a una persona, la que está amarrada, al instante el hombre lo
mira y muy lentamente prende un cigarro y comienza a fumar mirando directamente a los
ojos del secuestrado y con su mirada le transmite que llegó, que se prepare para el acto
final. En ese momento se escucha un pequeño goteo a lo lejos, un goteo que de apoco
comienza a sonar más y más fuerte, hasta que es interrumpido cuando este hombre agarra
al secuestrado y lo comienza a arrastrar a la pieza, lo tira a una piscina por un tiempo. hasta
que lo ahoga en... El sujeto muere lentamente”
Camilo, 33 años.
“Un hombre con trastornos psicológicos pasaba por un acomodado barrio de la ciudad de
Santiago, sofocado por el inmenso calor del verano, busca refugio en una casa en la que
parecía que no habían habitantes, por vacaciones quizás, pensaba. El hombre entra luego
de varios intentos por forzar la puerta, con una aparente tranquilidad que no hacía
sospechar a quienes pasaban por ahí. Una vez dentro comienza a dar paso a su locura,
imaginando una vida en ese hogar, utilizando los elementos de la familia, ocupando los
rincones como baño y escapando del calor con una confortable ducha. Se apodera del
espacio”
Bastián, 24 años.
“Máximo llega del trabajo, ya cansado entra a su casa, la puerta chicharrea al cerrarla. Al
entrar escucha un motor porque están arreglando una puerta. El motor suena fuerte. Cómo
llega cansado, sube fuerte las escaleras y el ruido que provoca el motor, se va quedando
atrás, ya que están trabajando en el primer piso. Se escuchan los pasos al subir la escalera,
abre y cierra la puerta de su dormitorio, entra al baño, se saca la ropa, orina, y luego tira la
cadena. Sale a su habitación y se acuesta tratando de dormir por el ruido que existe en el
primer piso por el trabajo que está haciendo su padre, costándole relajarse por el cansancio
que lleva por un día de trabajo intenso en su oficina”
Marcela, 53 años.
“Fulanito llega a su casa, estresado del trabajo, tira las llaves a la mesa. Prepara una taza
para servirse un poco té, procede a encender el difusor de té y mientras espera hace un
chasquido con sus dedos (recordando el hit del verano). Al menos esto ayuda con su estrés,
de repente recuerda a su gato el cual no lo ve. Corre al baño, el cual extrañamente estaba
estancado por papel higiénico que posiblemente su gato puso adentro, enojado intenta
quitarlo, lastimosamente fulanito era mudo. Así que no pudo gritar de furia, así que continuó
su vida, cerró el baño para que Gordo (su gato) no volviera a hacer maldades y tomarse su té”
Esperanza, 19 años