Andrea Farah
Arte Sonoro
Juegos Mentales
Era una noche muy oscura de invierno estaba solo en mi casa, de la
nada comencé a escuchar unos ruidos extraños, se cortó la luz, subo
al segundo piso, vuelvo a escuchar los ruidos, entro a mi habitación y
la puerta se cierra de golpe intentó salir y correr, pero no puedo me
golpean una y otra vez hasta caer rendido y adolorido, la luz vuelve y
es aquí donde me doy cuenta que no estoy herido ni nada solo fue mi
mente que volvió a jugar conmigo creyendo que alguien me quería
lastimar.
(Camila Henríquez. 23 años. 1er año de kinesiología, UA.)
New Fighter
Terminando el día 10 de septiembre de 1996, comencé a sentir
contracciones sin parar. Mi hermano mi decía que me aguantara e
hiciera yoga para que tu no nacieras un 11 de septiembre. Por más
que aguante, fue una odisea llegar al hospital, puesto que nadie
quería atender, todos querían irse, se afrontaba una nueva marcha,
una nueva fecha de conmemoración de tan terrible hecho ocurrido
en el país y que nos golpeó a fondo en nuestra familia. Pero naciste
tú, a las 8 de la mañana, lloraste en mis brazos y no pude contener
mis lágrimas. Le diste un nuevo significado a este 11, viniste a luchar,
ser perseverante y a entregarnos tus fuertes convicciones.
(Patricia Pérez Díaz, 51 años, mamá)
Para el siguiente día
Entro a mi taller, está todo desordenado, como es costumbre. Toca
hacer algunas tareas, pero sobretodo seguir con este trabajo que
tengo pendiente hace ya más de un mes. Siempre me pasa lo mismo,
comienzo a hacerlo y recuerdo esos buenos momentos que vivía
cuando recién me lo encargaron. Me siento e intento ordenar un
poco este desastre. Inicio el proceso, pasa un tiempo y los recuerdos
vienen, entre lágrimas me paro violentamente, me seco los ojos y
cierro la puerta con rabia, como si eso fuera a acabar con lo que
tengo que hacer. Otro día lo termino, pienso.
(Javier Pino, 23 años, 5to año de periodismo)
Su recuerdo
Un día estaba en mi casa y sentí un extraño sonido proveniente del
segundo piso, no le preste mayor atención porque pensé que era mi
abuela. Después de varios minutos de escuchar el mismo sonido me
causó la duda puesto que mi abuela ya no está aquí...
(Pirosska Urzúa, 50 años, mamá)
En busca de respuestas
Entonces se encontraba en su escritorio intentando entender lo que
las hojas de ese libro decían pero el ruido en su cabeza no se lo
permitía. No lo dejaban tranquilo, no aguantó más, estallo un
silencio. Pensó que todo se calmaría, pero no, el ruido siguió, no se
detuvo, quería escapar. Fue entonces cuando entendió que las
respuestas no las encontraría en ningún libro y decidió escapar de su
cueva y salir en busca de respuestas afuera...
(Gerald Arriagada, 24 años, Estudiante de Animación Digital y
Multimedia)